Deja que tomen, decían...
Que corten la cola, que tarde o temprano
(como a las lagartijas) vuelve a crecer.
Deja que beban, la sangre es luz
y ella corre líquida y sola se limpia.
Deja ir los días,
sin pasar de largo
el brote silencioso de las pasiones,
la sed de los mudos y
el desenfreno de los corazones.
Deja que vivan, que florezcan en ti
que dejes de existir
y todo te exista.
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